La facturación se basa en asignar precios a los servicios prestados por
la comunidad. El precio del agua podrá no ser único en la comunidad, sino
que dependerá de la acequia o tubería desde la que se suministre el agua
a cada uso. De esta forma, cada elemento de la red podrá "vender" un tipo
de agua a los usuarios. El tipo de agua no será el único factor que determine
el precio del agua, ya que la comunidad establecerá los precios del agua
en una tabla de doble entrada: tipo de agua x tipo de uso. Por supuesto,
nada impedirá a una comunidad vender un tipo de agua con un sólo precio para
todos los tipos de uso. El caso general de tabla de precios es el que se
presenta a continuación (Figura 15).
Figura 15. Esquema de precios del agua (€ / m3) de una comunidad de regantes.
El proceso de facturación permitirá que a cada uso se le asigne costes por
concepto de agua usada y por concepto de derramas. Estos costes se usan para
emitir la factura, en la que se recoge la deuda con la comunidad. Esta deuda
puede ser contraída por más de una persona si se ha establecido, por ejemplo,
que el propietario paga las derramas y el arrendatario el agua usada. El
programa permitirá bastante libertad de acción a este respecto.
Si bien el proceso habitual de facturación termina aquí, con la información
generada se puede hacer mucho más para promover una mejora de la gestión del
agua de riego. Tomando como base una factura clara, con conceptos fácilmente
identificables y en la que se explica el consumo de agua de cada uso, se puede
hacer mucho más para tener al usuario bien informado y motivado para conseguir
un buen nivel de excelencia en el manejo del agua de riego.
Para ello, es preciso que la información sobre el consumo de agua no se quede
en el dato (por ejemplo, 9.000 metros cúbicos de agua para maíz en Tudela).
Hay que decirle que las necesidades de agua fueron de 7.500 metros cúbicos, por
lo que el índice de aprovechamiento se cifra en un 83%. En estas condiciones,
se puede afirmar que su eficiencia pasa del 80%, por lo que parece que la gestión
fue adecuada. Para completar esta información, hay que darle el dato de que la
media de consumo de agua en la comunidad para el cultivo del maíz fue de 8.000
metros cúbicos. Esto parece confirmar que estamos ante un buen agricultor.
Si esta información se le facilita al agricultor para cada uno de sus usos agrarios,
el agricultor saldrá beneficiado de la información que se genera en la base de datos
de la comunidad, y verá el trabajo que en la comunidad se realiza justificado.
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